¿Qué es un domingo por la mañana?
Es la gota justa de aceite de girasol para los patacones con
queso, lo crujiente que se siente en tu boca, el placer de comer bien. El olor
suave a hierba luisa. El azúcar morena con esa magia que solo pasa en la
verdadera cocina. La espera reglamentaria en la mesa, la música que inunda la habitación
de vagos recuerdos. El sol que entra —sin pedir permiso, en tu vida, en tu
ventana. El cielo claro, seguro y cautivador. La mirada, el nervio, los
temblores (el amor son las tres cosas) y la sensación de que el tiempo no pasa,
que se detiene pero sin embargo ¡qué tarde es!
Pero sin embargo qué coincidencia todo, qué bello es: un
desayuno para dos, silencio compartido, esa entrega en lo cotidiano y una mañana de domingo para llevar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario