Hablemos
de cosas importantes. Hablemos del amor. Hablemos de cómo las almas al final se
desvanecen y solo queda carne y huesos.
El
alma necesita de ese amor especial.
Una historia en una ciudadela del norte de la ciudad. Un paseo en bicicleta redescubriendo el barrio. Recostados en el césped, en el parque central. Mojarse mientras se lava el carro. Jugar con el perro. Encender el equipo de sonido, tenerlo muy alto un domingo en la tarde. ¡Los santos domingos en la tarde! Ese momento entre las 2 y 5 de la tarde en donde te olvidas de las cuentas, los bancos y sus intereses. Un recorrido por el supermercado. Una carne en salsa y un vino entre dos. Un atardecer que grita vida pura y sencilla. Una contradicción. Un contacto efímero. Miradas que se cruzan y la vida que sigue.
Una historia en una ciudadela del norte de la ciudad. Un paseo en bicicleta redescubriendo el barrio. Recostados en el césped, en el parque central. Mojarse mientras se lava el carro. Jugar con el perro. Encender el equipo de sonido, tenerlo muy alto un domingo en la tarde. ¡Los santos domingos en la tarde! Ese momento entre las 2 y 5 de la tarde en donde te olvidas de las cuentas, los bancos y sus intereses. Un recorrido por el supermercado. Una carne en salsa y un vino entre dos. Un atardecer que grita vida pura y sencilla. Una contradicción. Un contacto efímero. Miradas que se cruzan y la vida que sigue.
Una
noche. Un abrazo y hacer el amor.
El alma
necesita recordar que es especial.
Hablemos
de cosas importantes. Hablemos de los amigos. Hablemos de cómo al final estar
solo es la mejor compañía.
Los
amigos son importantes. Y las cosas importantes necesitan tiempo. Necesitan
espacio. Necesitan de tu atención. Las cosas importantes necesitan ser
disfrutadas.
Una
historia de cuándo éramos jóvenes —porque ya no lo somos. Una historia de
fútbol en el cemento. Tardes de videojuegos: muchos puntos y algunos niveles
superados. La confidencialidad. La escapada para andar vagando. Los juegos sin
premio ni ganador.
La compañía en el centro que crecía cada vez más. Las confesiones. La seguridad. La estrecha lealtad y la ayuda —siempre, necesaria. Se era más atento a la vida sin ni siquiera saber qué era eso. Las novias compartidas y los consejos estúpidos para no fallar. Porque se buscaba lo mejor. Se era hermandad.
La compañía en el centro que crecía cada vez más. Las confesiones. La seguridad. La estrecha lealtad y la ayuda —siempre, necesaria. Se era más atento a la vida sin ni siquiera saber qué era eso. Las novias compartidas y los consejos estúpidos para no fallar. Porque se buscaba lo mejor. Se era hermandad.
Una
historia de cuando éramos jóvenes, porque aún lo somos pero ya no más. Ya no
mas amistad pura y sincera. Tonta y especial.
¿Dónde
están ahora?
Hablemos
de cosas importantes. Hablemos de cicatrices. Hablemos de la mejor manera para
dejar el pasado atrás y seguir con nuestras vidas. Hablemos de lo doloroso que
es perdonar y olvidar.
Hablemos
de porque son importante los amigos y el amor.
Y
cuando en la vida te ha fallado esas dos cosas, cuando están juntos en contra
tuya, recuerda que siempre la soledad es una opción. Se tiene que creer de
nuevo en las personas o se tiene que vivir solo. Habrá vicios que te puedes
permitir. Amigos que te pueden servir. Amores que te pueden dar placer. Un Dios
que espera tu reencuentro y los años que no saben esperar.
Hablemos
de porqué es difícil ser diferente. Hablemos de lo triste que es ser como los
demás.