Querida M, las personas son pasajeros en nuestra vida (tren,
tú le llamas),
hojas de nuestro árbol que algún día caerán y se marcharan con
el viento.
Te podría decir muchas cosas sobre la partida de las
personas que amamos, te podría pedir que seas fuerte y darte todos los bálsamos
posibles pero no nos engañemos —al menos no nosotros: sabemos que va a ser difícil, que revivirá tu herida de
tiempo. Sabemos por la piel (y por el miedo
que causa) que dolerá.
Tendrán que pasar muchas cosas y situaciones diferentes
que ocupen tu mente, recibir muchos
pasajeros que llenen ese espacio, tendrás que estar disponible para cuando
quieran subirte el ánimo.
Tendrá que simplemente pasar.
Pero ahí estaremos —tú sabes quienes, para dibujar una sonrisa y quitar ese gris; tal vez compartir una copa.
Ánimo.
Con afecto, L.
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